Invertir en Diseño Industrial
Una opción diferenciadora para competir en el mercado
Como en muchos otros, también en el ámbito industrial resulta muy difícil diferenciarse para ganar competitividad, hay que ajustarse a los precios del mercado, pero además hay que ceñirse a especificaciones técnicas, estándares, etc… lo que complica la tarea de añadir valor a los productos. Precisamente por esa dificultad, creo que merece la pena considerar la inversión en Diseño Industrial como una opción para competir.
Desde el punto de vista de la Ingeniería y la Producción, el Diseño Industrial es visto muchas veces como algo formal o estético, dicho de otro modo, superficial, y por tanto prescindible en productos cuya misión es resolver un problema técnico. Esta percepción vincula al diseño con sectores como la moda, la decoración o la artesanía que claramente tienen poco que ver con una producción en serie, de un producto funcional. Sin embargo, esta interpretación no es correcta y merece la pena recordar la definición que el Consejo Internacional de Diseño ICSID realiza de esta disciplina:
“El diseño industrial es un proceso estratégico destinado a resolver problemas, aplicable a productos, sistemas, servicios y experiencias, cuyos resultados redundan en innovación, éxito en los negocios y en una mejor calidad de vida. Es una profesión transdisciplinar que involucra a la innovación, a la tecnología, a los negocios, a la investigación y a los clientes en el aprovechamiento de la creatividad y la visualización para resolver problemas de cara a plantear soluciones, reformulando problemas para convertirlos en nuevas oportunidades con la intención de hacer un mejor producto, sistema, servicio, experiencia o negocio y proporcionando siempre valor y/o una ventaja competitiva. En los resultados del diseño industrial están implícitos de forma intencionada los aspectos económicos, sociales, ambientales y éticos que han de ir siempre encaminados a crear un mundo mejor.”
Como siempre, esta definición no está exenta de debate y de posibles matizaciones, pero lo que está claro para todos es que el Diseño Industrial como disciplina tiene un papel en la creación industrial que va más allá del aspecto formal y abarca desde aspectos técnicos funcionales hasta la experiencia de uso.
Aunque exista un consenso en que el Diseño se puede aplicar a productos principalmente funcionales, por muy técnicos que sean, ¿se puede decir que es una vía para competir? Claramente si, no solo porque hay muchos ejemplos de ello¹, sino porque hay varios estudios que lo prueban estadísticamente.
El primero que me gustaría mencionar es el de Gemser – Leenders² de la Universidad de Groningen publicado en 2001, que concluye que existe una correlación positiva entre el rendimiento comercial de las empresas analizadas y el esfuerzo de inversión en Diseño Industrial. Es decir, cuanto mejor se integra el Diseño Industrial en el proceso de creación de nuevos productos y mayor es la inversión en DI, más competitiva resulta la empresa. Finalmente el estudio destaca que cuanto más enfocado está el diseño hacia a la innovación más visible es la correlación.
El otro estudio que quisiera mencionar fue publicado en 2005 por Platt – Hertenstein – Veryzer³ en Harvard. En este caso el estudio profundiza mucho más en las empresas y analiza las principales magnitudes financieras (entre otras Ventas, EBITDA, Caja, ROA…) de 70 compañías en diferentes sectores, por cierto, algunos muy industriales, para concluir textualmente lo siguiente:
«Esta investigación nos dice que existe una fuerte relación entre el diseño industrial eficaz y un mejor desempeño corporativo. Si se acepta que el diseño industrial eficaz conduce a un mejor rendimiento financiero, a continuación, la robustez de estos hallazgos sugiere que los gastos en diseño industrial deben considerarse inversiones similares a los gastos en bienes de capital. Como tal, las inversiones de diseño industrial son capaces de generar retornos financieros”.
Todos sabemos que entre la teoría y la práctica puede haber una gran distancia, pero estoy seguro que al menos merece la pena pensar un poco más en las posibilidades que esta disciplina ofrece, ¿verdad?
¹Para quién tenga interés recomiendo un libro corto y muy entretenido de Andre Ricard, llamado «Casos de Diseño».
²Estudio de Gemser-Leenders: «How Integrating Design in the Product Development Process Impacts on Company Performance»
³Estudio de Platt-Hertenstein-Veryzer: «The Impact of Industrial Design Effectiveness on Corporate Financial Performance»