El valor del producto
La estrategia más rentable a largo plazo

Creo que todos hemos escuchado alguna vez, algo como lo siguiente: «yo compro al que venga con la oferta más baja, total… el producto es el mismo». Este tipo de frases son muy habituales en general, pero especialmente en el sector ferretero y por desgracia son el síntoma de uno de las amenazas más peligrosas que sobrevuelan el sector, aclaro que es una amenaza para todos los actores de la cadena y no solo de los fabricantes. Me refiero a la banalización.
La banalización o trivialización que sufren muchos productos hace que los usuarios no valoren otra cosa que el precio, pensando que los productos son muy parecidos, lo cual mueve a muchos fabricantes a sacrificar la calidad del producto en beneficio del coste, alimentando así una espiral de destrucción de valor. Esto es una tendencia universal, que no es nueva. En mi opinión siempre ha sido así, aunque ahora la velocidad a la que todo sucede es mucho mayor y sobre todo en un sector como el ferretero con productos relativamente maduros.
Pero esta amenaza generalizada es una oportunidad para los fabricantes que quieran apostar por el valor del producto. Dicho de otra manera, el producto genera valor y que una compañía, vuelva sus ojos hacia el producto que fabrica y piense en cómo hacerlo mejor para su público objetivo, es una estrategia competitiva mucha más sólida, a largo plazo, que sucumbir a la espiral de banalización del producto.
Pongamos un ejemplo, dos compañías fabricantes de una herramienta aparentemente simple como las mazas de construcción. A la primera se le ha ocurrido que puede hacer la maza de tres kilos pero quitándole unos 500 gramos de acero, y dejándola en 2,5 Kg, pero como nadie se dará cuenta… le baja el precio solo 5% y se la vende al ferretero como más «competitiva», la segunda compañía ha optado por mejorar el tratamiento térmico de la cabeza y automatizar la unión de cabeza y mango para que la maza tenga una duración mayor para el albañil al mismo precio. Este es un ejemplo real y puedo decir que la segunda empresa es mayor y más rentable que la primera.
Frente a una desvalorización de la herramienta impulsado por la propia empresa fabricante, en el primer caso, hay otra alternativa que consiste en buscar cómo hacer una herramienta que resuelva mejor el problema del usuario sin incrementar el coste. Ahora bien, ¿será que la segunda empresa invierte en mejorar el producto por ser más grande y poder permitírselo, mientras que la primera, con menos recursos tiene que usar otros caminos? Creo que no, creo que las mejoras en el valor de un producto no tienen porque necesariamente requerir gran inversión. En torno a un producto, sigamos con el ejemplo de la maza, creo que siempre pueden trabajar aspectos relacionados con el diseño funcional del mango, los materiales a utilizar o incluso mejoras en servicio como el modo de transporte, o el embalaje y puede hacerse sin grandes inversiones solo pensando en cómo facilitar las cosas a los clientes.
En resumen, más allá del ejemplo, de un sector muy concreto, e incluso más allá de un producto físico, la idea es que merece la pena apostar por el valor del producto, y que tanto si eres un fabricante como si diseñas un servicio, es la estrategia más rentable a largo plazo, ya que siempre se le puede añadir valor a un producto, siempre.
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